Por Charlestien Harris
Junio es un mes muy popular para las bodas, a menudo considerado el tercer mes más popular después de septiembre y octubre. Seguramente habrás oído alguna vez la expresión "atar el nudo" para referirse a una ceremonia nupcial. Esta semana, quiero compartir algunas maneras ahorrativas que usted puede ahorrar dinero y no no te arruines al planear tu gran día.
Cuando mi difunto marido y yo nos casamos, ambos trabajábamos y teníamos cuatro hijos. Teníamos que prestar especial atención a nuestros gastos. Así que nos pusimos de acuerdo e ideamos un plan.
Éstas son sólo algunas de las ideas que utilizamos para tener una boda preciosa y ahorrar dinero al mismo tiempo:
- Lugar de celebración
Una de las primeras preguntas que hay que responder es cuándo y dónde se celebrarán la ceremonia y el banquete. Para nosotros, la decisión fue fácil. Si eres miembro de un lugar de culto, una de las ventajas puede ser la posibilidad de celebrar eventos personales, como bodas, en las instalaciones. Muchas iglesias también tienen salones de confraternidad que pueden utilizarse para recepciones. Aunque puede que haya que pagar una pequeña cuota, suele ser mucho más barato que alquilar un local externo.
- La alimentación
Otra idea para ahorrar dinero nos la dio un amigo que tenía un negocio de catering. Proporcionar comida a los invitados puede ser una de las partes más caras de una boda, dependiendo de la lista de invitados. Nuestra amiga nos regaló el catering de la boda. Compramos los ingredientes y ella preparó el menú. Funcionó a la perfección y quedamos encantados con los resultados. Incluso si no tienes ningún amigo que haga catering, puede que alguien de tu entorno conozca a alguien que lo haga.
- El fotógrafo
Esta vez le tocó a mi marido ayudarnos a ahorrar. Tenía un amigo que hacía fotos y vídeos para varios eventos, y su regalo para nosotros fue capturar nuestra boda. Buena idea, ¡pero se olvidó del evento! Por suerte, nuestros familiares y amigos hicieron muchas fotos y, aun así, conseguimos unas instantáneas estupendas. Nos ahorramos dinero, pero en este caso es mejor contratar a un profesional. Eso sí, asegúrate de pedir varios presupuestos para conseguir la mejor relación calidad-precio.
- La tarta
El coste de la tarta depende del número de invitados, del número de pisos y de las confirmaciones de asistencia. Como antigua agente de extensión, a menudo organizaba programas comunitarios. Uno de ellos era sobre decoración de tartas, y la presentadora a la que invité aceptó hacer nuestra tarta de boda por un precio muy razonable. Su tarta fue el regalo que nos hizo por haberla invitado a la clase. Aprovecha tus contactos: nunca sabes lo que tus amigos y familiares pueden ofrecerte hasta que se lo pides.
- El vestido o el traje
Fue todo un reto, pero lo conseguimos. Aunque algunos creen que no hay que reparar en gastos en el vestido, no tiene por qué ser así. Las tiendas de segunda mano pueden ser un buen recurso, y las tiendas de novias a veces ofrecen rebajas o descuentos en modelos descatalogados. Yo encontré un vestido que me encantó a un precio estupendo, y mi marido también encontró un traje negro por $99.
- La luna de miel
Esta puede ser otra parte costosa de la celebración. Decidimos esperar hasta que pudiéramos permitirnos un viaje que realmente quisiéramos. Un buen amigo se ofreció a cuidar de los niños, así que fuimos a un pueblo cercano, disfrutamos de una agradable cena y pasamos una tranquila velada en casa, los dos solos. Ese tiempo juntos no tuvo precio. Más tarde, hicimos una escapada de fin de semana a San Antonio (Texas) y lo pasamos de maravilla.
- El planificador
Planificar una boda puede ser un ajetreo, pero no tiene por qué serlo. Contratar a un planificador o coordinador a tiempo parcial puede ahorrar tiempo y dinero. Un planificador suele gestionar el evento de principio a fin, mientras que un coordinador se centra en la ceremonia en sí. Conocer la diferencia puede ayudarte a decidir lo que necesitas. Crear un tablero de visión o tener una idea clara del estilo de boda deseado también puede ayudar a reducir costes al racionalizar las decisiones. Ten en cuenta que las bodas formales suelen ser más caras que las informales.
Nuestra boda nos costó unos $500, ¡y estuvimos casados casi 36 años! Planificar una boda implica fijar un presupuesto, confeccionar una lista de invitados, elegir un lugar de celebración, seleccionar proveedores y tomar decisiones clave sobre la ceremonia y el banquete. Como pueden ver, nuestra estrategia se centró en una planificación meditada y en aprovechar nuestra red de contactos. Con un poco de creatividad y esfuerzo, casarse no tiene por qué ser estresante ni caro.
Para más información sobre este y otros temas financieros, puede enviarme un correo electrónico a charlestienharris77@gmail.com o escríbeme a P.O. Box 1825, Clarksdale, MS 38614.
Hasta la semana que viene: ¡manténgase en forma desde el punto de vista financiero!